Bajofondo Tango Club - Bajofondo Tango Club

Track 16 is a bonus.

In the Digipack:

For Argentina and Uruguay, countries united -and separated - by the Rio de la Plata, these are times of electricity and tango. Lots of tango. And I don’t mean tourist tango. I mean real tango, the one that is part of the rioplatense bloodstream, the one that makes us melancholy, nostalgic, or just plain sad. The tango that makes us want to dance, laugh and make love. The treasure box for memories too painful to remember, too sweet to forget.
It has been said about the gaucho, symbol of Argentina’s rural life, that no matter how much he suffers, he still has the greens, the pampas, the outdoor breeze... When the gaucho’s pain goes into the city, it turns into tango, and that is when this deep expression of urban life breaks loose.
Tango is full of danger, sexiness and despair.
“Tango que me hiciste mal I y sin embargo te quiero” (tango that did me wrong I yet I love you) is the genre’s most famous line. It is also the key to understanding why, despite all its apparent darkness, tango remains a tool of perfect beauty that helps us create magic in the midst of calamity. If tango is the sound of the streets of Buenos Aires, then the collective Bajofondo Tango Club is the soundtrack of porteños for the new millennium: tango and
electrónica. Equal parts respect and irreverence on both sides of the mix, BFTC is a sonic landscape of life in a perennial state of unpredictability, sadness, anger and love.
Bajofondo Tango Club ranks among the most representative rioplatense recordings ever. Producers, musicians, and singers... artists from both fields united in a unique blend of tradition, experimentation and surprise.
At its rawest, tango isn’t pretty. But thanks to the house of the gods of trance, a new ambient has been created.
This is a trip to the bajofondo/underworld, a chance to chill in the cadences and manic breathing of the bandoneón, a glimpse of life in el Sur: an intoxicating, south-of-the-southern land of sentimiento, pleasure and pain.
Bajofondo Tango Club is drama you can dance to.

ENRIQUE LOPETEGUI

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Para Argentina y Uruguay (los países unidos y separados por el Río de la Plata) estos son tiempos difíciles, tiempos de electricidad y tango. Mucho tango. Y no me refiero al tourist tango, sino al verdadero tango: ése que es parte del sistema sanguíneo rioplatense, el que nos pone melancólicos, nostálgicos o simplemente tristes. El tango que nos hace bailar, reír y hacer el amor. El cofre de memorias demasiado dolorosas como para recordar o demasiado dulces como para olvidar.
Acerca del gaucho, el símbolo de la vida rural en la Argentina, se ha dicho que, por más que sufra, siempre ha tenido el verde, la pampa, la brisa ,el aire libre... Pero, cuando el dolor del gaucho se transporta a la ciudad, se convierte en tango. Y es ahí cuando esta profunda expresión de vida urbana obtiene su libertad. El tango está lleno de peligro, sexo y desasosiego.
“Tango que me hiciste mal y sin embargo te quiero”, una de las líneas más famosas del género, es quizás una de las claves para entender por qué, a pesar de su aparente oscuridad, el tango continúa siendo un instrumento de perfecta belleza, que nos permite crear magia en medio de todo tipo de calamidades.
Si el tango es el sonido de las calles de Buenos Aires, el colectivo Bajofondo Tango Club es la banda de sonido para los porteños del nuevo milenio: tango y electrónica. Iguales partes de respeto e irreverencia en ambos lados del mix, BFTC es un paisaje sónico de la vida en un impredecible y simultáneo estado de peligro, tristeza, bronca y amor.
Bajofondo Tango Club es una alianza de productores, músicos y cantantes, artistas de ambos géneros unidos en una mezcla de tradición, experimentación y sorpresa.
En su forma más cruda el tango no es algo “bonito” . Pero, gracias a los dioses del trance, un nuevo ambiente está viendo la luz.
Este es un viaje al bajo fondo, la oportunidad de relajarnos en las cadencias y el respirar de un bandoneón, el gemir de un violín, el sudor de un baile único. O, simplemente, ésta es la oportunidad de intoxicarnos con el dolor y el placer de estar en el sur del mismísimo sur.

ENRIQUE LOPETEGUI